Existen zonas de la casa, que no requieren de un mantenimiento tan constante de limpieza como pueden ser otras. A este respecto, nos encontramos con las paredes. Solemos pasar de alto zonas, que siendo de la misma importancia su mantenimiento no necesita ser diario. Además, la diversidad de materiales implica una técnica de limpieza y unos productos distintos. A continuación, iremos describiendo como enfrentarnos a cada pared.
Limpieza de paredes según su acabado:
Comenzamos por las paredes más comunes, las que están pintadas con pintura plástica. Para quitar el polvo que se deposita a diario solo será necesario pasar la aspiradora con un adaptador específico, una bayeta o un plumero. Pero si requiere de una limpieza más en profundidad hay que recurrir a una disolución de unas gotas de jabón neutro con agua templada. Cuando el agua presente suciedad, habrá que volver a realizar la mezcla. Sino la pared puede verse perjudicada.
La manera de aplicar el producto será mediante una esponja y frotando suavemente. Lo mejor es hacer toda la pared del tirón, ya que si se para en mitad del proceso pueden aparecer manchas de secado.
Las paredes de la cocina o baños que están formadas por azulejos o baldosas son más sencillas de mantener. Hay que fijarse si han aparecido hongos entre las juntas debido a la humedad. Si esto es así, la lejía es uno de los productos más útiles. Para un brillo espectacular nada mejor que el vinagre. Éste disuelto en agua,
Las paredes exteriores de madera sufren también por las condiciones ambientales externas como el sol y las lluvias. Cuando se trata de paredes de madera en interior que están expuestas a polvo, la solución consiste en frotar con un estropajo o lana de acero y alcohol rebajado. Siempre debe seguirse la dirección de las vetas para conseguir un mejor acabado.
En el caso de las paredes vinílicas, las manchas son sencillas de quitar, su película vinílica cubre el papel y éste lo protege de la humedad. Con lo cual, se puede pasar sobre la superficie un paño o bayeta húmeda.
La mezcla para limpiar más en profundidad consisitirá en agua y detergente rebajado. La forma de aplicación será con una bayeta de arriba y abajo para evitar la formación de pequeñas gotitas. Si el papel vinílico tiene estampado o colorido, para no perder color o viveza se recomienda diluir el detergente aún más.
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